L.A,
Los Angeles, fue la segunda excursión que hicimos en este viaje. Estuvimos todo el día (por determinadas zonas) de turisteo. Hay que tener cuidado con las zonas por donde vas (y mas nosotros que íbamos a pie) pero un buen mapa y algunos consejos ayudan mucho (además de unos cuantos dedos de frente, que por aquella época ya tenía, o eso creo).
La mañana la pasamos por la zona pija, Beverly Hills, Rodeo Drive, paseo, un poco de autobús y zona de compras -cada uno a su aire-(que ahora mismo no me acuerdo del nombre), donde me compré una camiseta preciosa de tirantes que ya no me sirve (de esas enseñando tripita). Tras las compras, autobus y a Palmdale.
A los pocos días y con ganas de visitar más zonas de L.A., nos llevan a
Venice, distrito de L.A donde se encuentran, en mi opinión uno de los paseos playeros más famosos de EEUU. Pasamos la mañana por la zona, compramos algunas cosas, comemos y hasta la tarde-noche no nos esperan en el autobús asi que....
¡¡¡¡Playa!!!! Madre mía que playa, que arena, que casetas de vigilantes de la playa (de ellos no puedo decir lo mismo, estaban un poco escuchimirriaos). A esta playa vine varias veces, la primera con los españoles, y más tarde con gente de allí. Tenía un poco de miedo porque me decían que no era raro que hubiera tiburones, pero aún así, me bañé.
Total, que hay muchos prejuicios y estereotipos en España sobre EEUU, y por esta zona, ni son todos gordos/as, ni musculitos, ni las chicas van patinando todas con un cuerpazo perfecto en bikini. Hay de todo un poco, también de lo que oís, pero como en todos los sitios, abundan (al menos por aquella época) los tios/as normales.
Que gracia, justo por esta calle pasé yo. Que ilusión me hace volver a verlo. Ah!, otra cosa que se me olvida comentar, es la cantidad de "frikis" o gente rara que inunda el paseo de Venice Beach, al menos el día por el que paseamos nosotros por allí. Había de todo, reuniones de moteros, personas de lo más hortera, gente de todas las etnias con diferentes ropas, imagen....un colorido que no veas. Resultaba gracioso, pero también daba un pco de respeto.
Algo de lo que por lógica sabemos que es así, pero que no se muestra mucho, al menos en su imagen al exterior, es la enorme cantidad de población mejicana que hay en la zona (L.A.). No es que puedas vivir perfectamente sólo con el español (que alguno lo hará), pero es impresionante.
Santa Monica, es una pequeña ciudad a las afueras de L. A., con unos 80mil habitantes. Es una ciudad turística, de la que son famosas sus playas y el muelle, además de una calle de tiendas. Aparte del muelle, con la noria que tantas veces hemos visto por la tele, no recuerdo mucho la visita.
Hollywood y paseo de las estrellas. Una tarde nos llevaron a ver el barrio de Hollywood, con la famosa avenida de las estrellas (
Hollywood Blvd.), donde también están las manos, pies y firma de los famosos. Iba ilusionadísima a ver todo esto pero me decepcionó bastante. La calle estaba sucia, no estaba muy cuidado, y los edificios de alrededor le daban un aire como a calle cualquiera. Y yo pensando que iba a sentir algo especial...
Al fondo, se podían observar las famosas letras de Hollywood. Al verlas tan de cerca te daba una sensación rara, porque es algo tan visto desde la tele, que no te imaginas poder estás allí.
Uno de los hobbies más normales allí es ir a los
mall (casi se podría decir que es un
deporte nacional). Un mall es un centro comercial, generalmente enorme, con tiendas, zonas de ocio y de restauración, donde se puede pasar el día (tipo Xanadú). Ahora ya han exportado esta costumbre al extranjero, pero antes, por ejemplo en España, era más raro el pasar las tardes paseando por centros comerciales. La última vez que fuí allí compre cosas para llevar a mi familia. Como dato curioso, recuerdo que por aquel entonces, y supongo que seguirá así la coca cola estaba tirada de precio.
Dadas las temperaturas de California, y más concreto en el desierto, donde nos encontrábamos, muchísima gente aprovecha también estos sitios para refrescarse un poco, tanto, que muchos de los españoles necesitabamos chaqueta del aire acondicionado.
A continuación describo la visita a
Malibú, donde no fui con los españoles sino con un grupo de amigos nativos que hice en el viaje. Pongo el aparcamiento junto a la carretera desde la que se divisaba la playa, una fotito de la playa, y del muelle. Dos días más tarde volveríamos a España, con lo que tengo un recuerdo especial de Malibú, del muelle y la playa, ya que sería la última que vería.