Trabajando y disfrutando

Este mes de Julio me encuentro trabajando de nuevo para otro centro británico, en uno de sus campamentos de verano como profe de inglés (mi primer contrato como profe PROFE).

Soy profesora de un grupo de niños de entre 3 y 4 años, y bueno, pues pasamos el día (más bien yo) hablando en inglés, cantando canciones, haciendo manualidades (ahí os dejo una página de la que saco muchas ideas), llendo a la piscina, etc. Todo en inglés.

Me encanta este trabajo; al principio tenía un poco de miedillo al ser yo la responsable, pero oye, le he cogido el gustillo y eso de ser yo la que decide qué y cómo se hacen las cosas también tiene su lado positivo. Pero sobre todo me gusta ver como los niños disfrutan con las actividades que he elegido.

La verdad es que no me habían avisado de que no tenían programación, lo que supuso bastantes horas de trabajo, tras el trabajo, lo que me ha dejado bastante agotada mentalmente. Pero sarna con gusto no pica, asi que volvería a repetir con los ojos cerrados.

El martes acaba ya el campamento, y me da una penita... Pero bueno, hemos (ellos y yo) disfrutado como enanos y creo que han (yo también) aprendido un montón, con lo que acabo contenta.

El mes que viene estaré en otro campamenteo en inglés, pero con peores condiciones y horarios, aunque no pagan mal ;)

Si consigo trabajo para este curso escolar (estoy en ello) podré ahorrar dinerillo para poder darme unas vacaciones el año que viene, quizás un mesecito en EEUU, visitando a una amiga (este año la economía no lo ha permitido).

Os dejo por hoy que voy a hacer unos informes (de inglés) de mis nenes :P.

¡¡Disfrutar del verano!!

Cuatro días en Asturias

Tal y como dice el título, a finales de Junio nos fuimos mi novio y yo 4 días a la parte oriental de Asturias, concretamente a Barró, un pueblecito pequeñíiiiiiiiisimo cerca de Llanes.

El hotel donde nos alojamos la verdad es que está muy bien, es un tres estrellas sencillito, pero justo sobre una calita que no está mal, y con buena comunicación por carretera así que lo recomiendo.

Así, en resumen, visitamos:

Llanes, fuimos varias veces y no está mal, sobre todo el mirador que te encuentras tras subir unas cuantas escaleras y que está muy bien cuidado, desde el que se puede divisar un paisaje precioso.

El pueblecito es bonito, y la zona del puerto tiene vidilla, con sus tiendas de productos asturianos, restaurantes, etc. También se pueden ver los cubos de la memoria de Agustín Ibarrola. A uno de sus restaurantes fuimos más de una vez, y es que la relación precio-calidad de comida era buenísima (que voy a decir de la comida asturiana). También fuimos a una marisquería, de esas que tienes el marisco ahí mismo y lo cogen delante tuya. Que percebes me comí, ñam ñam.


Sobre sus playas, me quedé con las ganas de ir a la playa de Toro, pero no hubo tiempo. Tiene ésta que ya he dicho y otras dos o 3 calitas, unas más pequeñas que otras, pero en las que no había mucha gente.




Otro día nos acercamos a Cangas de Onís, donde pateamos un poco la ciudad, visitamos una hermita de los tiempos de Don Pelayo, vimos el famoso puente, compramos unos regalillos... y finalmente comimos en un restaurante a unos 15 minutos de Llanes creado dentro de un hórreo y desde el que se observaban unas vistas que quitaban el hipo. Precioso.


Más tarde ese mismo día fuimos a ver Covadonga, la basílica (de lejos), la cueva y los lagos (aunque realmente solo pudimos ver uno -El Enol-, ya que casi nos quedamos sin gasolina -teníais que haber visto el acongojo que teníamos a mil metros de altura, tras unos 20minutos de carreteritas de montaña, sin gente, y casi sin gasolina).



Ribadesella fue uno de los sitios (si no el que más) que más me gustarón. Las vistas desde el mirador (donde hay una hermita) son magníficas, y me quedé asombrada por la mezcla playa-ciudad-montaña que tiene esta ciudad.

La playa muy bonita, muy grande, y había bastantes cosas que ver; como un parqucito que es una reserva natural de aves, o las cuevas de Tito Bustillo, si vais por allí, no podeis dejar de entrar (pedir hora antes). Aquí es donde probamos el típico torto, un poco grasiento pero riquíiiiisimo (morcilla, choricito, tortas de maiz y huevos fritos).


Uno de los últimos días fuimos a ver los Picos de Europa (a Joni, mi novio le encantaron, a él que es muy de montaña) muy altos, verdes, y con un río de aguas cristalinas pero heladas que tenía una pinta preciosa.



Me encantó la visita, muy cortita pero no paramos ni un sólo minuto, y la comida (volví con kilo y medio de más) y el tiempo acompañaron (UN sólo día hizo "mal tiempo").

Más de un mes después...

Pues tras saber toooodas las notas de los exámenes (muy buenas por cierto, por lo que estoy muy contenta), desconectar unos días en Asturias y estar trabajando (un montón) escribo unas líneas para haceros saber que sigo vivita y coleando.

Ha sido un mes muy ajetreado y ahora a ver si tengo más tiempo y actualizo un poco esto :)